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miércoles, 12 de agosto de 2015

La fe que ya tenemos

¿Qué relación tiene el entrenar con el competir? Hablando de un partido de fútbol, ¿de qué sirve entrenar para un partido? ¿Qué pasa si los jugadores no entrenan físicamente ni se preparan con tácticas para el juego que tendrán con otro equipo? Creo que sabemos que lo más probable es que el equipo no rinda lo suficiente en el encuentro deportivo y, por lo tanto, pierda el juego.

¿Cómo se aplica esto a lo espiritual? 
Todos los días de nuestra vida tenemos dos tipos de partidos: Un partido que es contra el enemigo, y el otro partido que es de -podríamos llamarle- verificación. Como los partidos oficiales y los amistosos. A los partidos con el enemigo les llamamos tentaciones, y a los partidos de verificación les llamamos pruebas. Claro que hay un diferencia entre las pruebas y las tentaciones, pero en esta ocasión trataremos a estos dos como "un partido", simplemente.

Así como los deportistas entrenan para un partido, espiritualmente nosotros también entrenamos para muchos partidos en nuestras vidas. Y este es el punto al que quiero llegar: los partidos son los momentos en los que se refleja el entrenamiento que tuvimos. Espiritualmente hablando, las pruebas o tentaciones son los momentos donde se refleja el entrenamiento espiritual que hemos estado teniendo. 

¿Nos damos cuenta de eso? Las pruebas no traen fe mágicamente para que las sobrellevemos, sino que ponen a prueba la fe que ya tenemos en ese momento, como un partido de verificación. Y con las tentaciones es lo mismo, desafían la fe que tenemos para esa ocasión.

Así que es en los partidos espirituales donde podemos demostrar el entrenamiento espiritual que hasta entonces hemos tenido.

La fe es algo que debemos ejercitar, algo con lo que debemos entrenar. Podemos entrenar, ejercitar y preparar nuestra fe a medida que diariamente: leemos las escrituras, oramos, servimos a los demás; incluyendo el asistir a la Iglesia, pagar nuestros diezmos y ofrendas de ayuno... En fin, preparamos nuestra fe para esos partidos cuando obedecemos cada uno de los mandamientos.

Es lo que dos de los personajes del Libro de Mormón hicieron, Nefi y Alma, como se encuentra registrado en 1 Nefi 7:17 y Alma 14:26, respectivamente. Ambos se encontraban en situaciones muy difíciles, en partidos espirituales, pero su entrenamiento espiritual previo hizo que pudieran salir victoriosos. ¿Cómo vemos esto? Esto es lo que leemos en los versículos:
- 1 Nefi 7:17 Pero aconteció que oré al Señor, diciendo, ¡Oh Señor, según mi fe en ti, líbrame de las manos de mis hermanos; sí, dame fuerzas para romper estas ligaduras que me sujetan!
- Alma 14:26 Y Alma clamó, diciendo: ¿Cuánto tiempo, oh Señor, sufriremos estas grandes aflicciones? ¡Oh señor!, fortalécenos según nuestra fe que está en Cristo hasta tener el poder para librarnos... 
¿Observamos que ellos pidieron la ayuda según se habían preparado, según la fe que tenían en el Señor, o sea, según la fe que estaba en ese momento en sus corazones? Ni ellos ni nosotros podríamos decir: "Señor, ayúdanos según la fe que deberíamos tener en Ti", o "según la fe que sería bueno que tuviéramos".

Estos dos relatos nos enseñan ese hecho, que los partidos son ganados dependiendo de la preparación que hayamos tenido, no según la preparación que ojalá hayamos tenido para esa situación. Es allí entonces donde vemos que esos partidos son para evaluar cómo ha estado nuestro entrenamiento, y casi siempre nos hacen ver que nos falta entrenar muchísimo (leer, orar y, en general, obedecer más).

¿Qué Sucedió después en estos relatos?
- 1 Nefi 7:18 Y cuando hube pronunciado estas palabras, he aquí, fueron sueltas las ligaduras de mis manos y de mis pies...
- Alma 14:26 ... Y rompieron las cuerdas con las que estaban atados; y cuando los del pueblo vieron esto, empezaron a huir, porque el temor a la destrucción cayó sobre ellos.

¿Hay alguna tentación o prueba que nos esté dificultando la visión espiritual? Nuestro entrenamiento espiritual tiene que ver con eso. ¿Hay alguna tentación o prueba que nos hizo caer? Bueno, ¿qué más podemos hacer para entrenar mejor?

Jeffrey R. Holland dijo en un discurso:
"La cantidad de fe que tengan o el grado de conocimiento que posean no es lo que importa; es la integridad que demuestren hacia la fe que ya tienen y hacia la verdad que ya conocen."
...
"No les estoy pidiendo que finjan tener una fe que no tiene; les estoy pidiendo que sean fieles a la fe que sí tienen."

Si Jesucristo mismo se preparó para su misión colosal en esta tierra, ayunó, se bautizó, e hizo muchas otras cosas más para enfrentar el mayor de todos los partidos y ganarlo: vencer el pecado y la muerte.

Recordemos que las pruebas no traen fe mágicamente, sino que ponen a prueba la fe que ya tenemos. Y con las tentaciones es lo mismo, desafían la fe que tenemos para esa ocasión.

¡Vamos! ¡Entrenemos con más fuerza! Que pronto tendremos nuestro siguiente partido, ¡y hay que ganarlo!


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