El poder de la oración

Hay mucho que se puede decir de la oración, sin embargo, hoy solo quiero recordarnos su poder.

En una ocasión me vi explicando sobre la oración y el poder o efecto que puede causar en nuestras vidas, y en ese momento pensé en una oración que manifestó ese poder para todos nosotros. Me refiero a todos nosotros, quienes han vivido, quienes vivimos, y quienes vivirán sobre esta tierra.

Antes de dar ese gran ejemplo, que muchos ya pueden imaginarse, quiero mencionar dos cosas sobre la oración:

La fe que ya tenemos

¿Qué relación tiene el entrenar con el competir? Hablando de un partido de fútbol, ¿de qué sirve entrenar para un partido? ¿Qué pasa si los jugadores no entrenan físicamente ni se preparan con tácticas para el juego que tendrán con otro equipo? Creo que sabemos que lo más probable es que el equipo no rinda lo suficiente en el encuentro deportivo y, por lo tanto, pierda el juego.

Juzgar una religión por sus miembros

El que las personas juzguen una religión por el tipo de miembros es algo muy común, especialmente (y es lo más usual) cuando simplemente no les agrada lo que han escuchado de ella; o sea, ni siquiera es que la hayan conocido, sino que simplemente han escuchado críticas de parte de otras personas.

El que es perico donde quiera es verde.

Esto es una pequeña experiencia de ayer. Me ha pasado mucha veces pero quizás ahora que empecé con el blog es que se me ocurrió escribirlo...

"El que es perico donde quiera es verde", hace alusión a que la persona es lo mismo en todos lados, por ejemplo: Que si no le gusta trabajar, no importa qué trabajo le pongan, no trabajará. En la parte buena todos deberíamos ser "verdes" donde quiera, o sea que si somos buenas personas, eso no sea solo con nuestros amigos sino también con nuestra familia; o pasaría a ser el otro refrán: "Candil de la calle, oscuridad de su casa".

Haré una modificación a ese refrán a lo sud: El que es perico mormón donde quiera es verde mormón.