Último video en el canal

martes, 5 de abril de 2016

Lo que escuché para los JAS

Este consejo fue lo que escuché...
Ha pasado solo un día desde que finalizó la Conferencia General... Estoy muy agradecido por las respuestas e impresiones que tuve durante cada una de las sesiones de la conferencia. 
Pero, la inspiración no termina ahí. Ahora que estamos en el tiempo de meditar los discursos y llegar a establecer metas, tenemos el tiempo para continuar recibiendo revelación.

Este es un post con pensamiento más como JAS, del hecho de que debemos encontrar nuestra compañera idónea. A muchos les llamó la atención las palabras que presidente Uchtdorf dirigió a los hombres solteros, estoy seguro que muchos hombres no buscamos la mujer perfecta porque sabemos que no la merecemos, o que no podríamos ofrecer perfección, así que no podríamos exigir perfección. Entonces, esto es algo claro para mí.

Pasé todas las sesiones pensando en qué nos dirían a los JAS, y me pareció que apenas se nos mencionó. No es que no se aplique todo lo demás a nosotros, pero quizás esta fue (presidente Uchtdorf) la única vez que dijeron: Ahora hablaré a los solteros. 
El punto es importante: No podemos encontrar la perfección antes de iniciar una relación seria. Ya lo dijo él: No existe la mujer perfecta, y si existiera... Probablemente no se fijaría en nosotros.

De otra manera había aprendido que no encontraría la mujer perfecta, ni nadie podría encontrar la perfección en mí; esto lo dijo el mismo presidente Uchtdorf en un CES en noviembre de 2009. Presidente Uchtdorf dijo que la única oportunidad que tenemos de encontrar la perfección es creándola juntos. Así que esta idea ya la tenía. Sin embargo, siempre pensamos en alguien que pueda ser nuestro complemento. 

Meditaba en que siempre estamos orando al respecto para tener la guía del Señor en tomar la decisión de iniciar una relación con alguien, o aun saber con qué persona darnos la oportunidad de conocernos más. Sabemos lo que deberíamos esperar de alguien que se supone vive el Evangelio, sabemos qué metas queremos cumplir, sabemos qué ofrecemos y quisiéramos no recibir menos que eso, así que vamos al Señor y le hablamos de todo esto y pensamos lo difícil que ha sido encontrar lo que nos gustaría tener. Imploramos al Señor que nos ayude a saber si esa decisión sería la correcta...

En el mismo CES, presidente Uchtdorf dijo en otras palabras que nuestra oportunidad de encontrar la exaltación no es solo a través de una única persona, sino que podríamos hacerlo con cualquiera que esté dispuesta a llegar ahí con nosotros.
Esto es algo a tomar muy en cuenta, pues muchas veces al pedir al Señor que nos ayude a saber si es la persona o no, esperamos algún tipo de respuesta extraordinaria, o que fuera como el encender una bombilla en un cuarto oscuro: Que de golpe se note el cambio entre oscuridad e iluminación, cuando en realidad es más como la luz del sol al salir cada mañana: Gradualmente.

Entonces ya está claro que una de nuestras grandes preocupaciones es sobre cómo encontrar a la persona que necesitamos en nuestra vida. Ahora, ¿cuáles son los medios por los que responde el Señor? De esos varios medios, uno que prácticamente pedimos al Señor como respuesta para esta pregunta es el Espíritu Santo; queremos pensar que si sentimos los frutos del Espíritu Santo (amor, gozo, paz...) al estar o pensar en esa persona, ¡es ella! Por eso digo que prácticamente pedimos sentir el Espíritu para saber si esa es la persona correcta.

Pero este fin de semana aprendimos algo importante sobre el Espíritu Santo: El Espíritu Santo no se nos da para controlarnos. Aunque tengamos la compañía del Espíritu Santo, este siempre respetará nuestro albedrío. Fue una muy buena enseñanza. Me hizo pensar precisamente en eso, que aunque el Espíritu Santo me avise tanto que evite lo malo, al final yo tomo la decisión de desobedecer u obedecer. 
Fue hasta hoy que pensé en otra forma de aplicar eso...

Hoy leía en la Liahona de este mes un artículo llamado "Profecía y revelación personal". En este artículo hay una pequeña sección llamada "El Padre Celestial me habló por medio de un discurso de la conferencia", donde una miembro nos relata lo siguiente:
Estaba teniendo dudas acerca de lo que debía estudiar en la universidad. La mayoría de las personas hablaba mal del curso que yo quería tomar, así que oré al Señor para ver si Él estaba de acuerdo con mi decisión.
Mi respuesta llegó al día siguiente, mientras leía un discurso de la conferencia general en la revista Liahona. Sentí como si el Padre Celestial me estuviera diciendo que no podía elegir por mí; esa era una decisión que yo tendría que tomar sola. Supe que, sin importar lo que eligiera, tendría que trabajar mucho para tener éxito.

Sé que mi oración fue contestada; la confirmación del Espíritu Santo me ayudó a tomar una decisión. He aprendido a hacer mi mejor esfuerzo y sé que nuestro Padre Celestial me ayudará.
Sé que el Señor responde de distintas maneras, que Él sabe cómo entenderemos la respuesta y luego quedará en nosotros hacer caso a la inspiración que tengamos. Ya sabemos que el Espíritu Santo no está para controlarnos. 

Pero, de esta manera en la que yo pienso -sobre el hecho de que prácticamente pedimos al Señor sentir el Espíritu para saber si esa es la persona correcta-, podemos aplicar lo que se menciona en el relato anterior y unirlo con lo que se dijo en la conferencia: El Padre no escogerá por nosotros, Su Espíritu Santo no nos va a controlar a tomar la decisión de estar o no con una persona, es una decisión que tiene que salir, por mucho, de nosotros.
¿No fue lo que se le dijo a Oliver Cowdery en Doctrina y Convenios 9:7-8?
"He aquí, no has entendido; has supuesto que yo te lo concedería cuando no pensaste sino en pedirme.
Pero he aquí, te digo que debes estudiarlo en tu mente; entonces has de preguntarme si está bien; y si así fuere, haré que tu pecho arda dentro de ti; por tanto, sentirás que está bien. 
Mas si no estuviere bien, no sentirás tal cosa, sino que te sobrevendrá un estupor de pensamiento... "

Y el porqué digo que prácticamente pedimos el Espíritu Santo para saber si esa es la persona, Doctrina y Convenios 8:2:
"Sí, he aquí, hablaré a tu mente y a tu corazón por medio del Espíritu Santo que vendrá sobre ti y morará en tu corazón."

¿Lo vemos? El Padre no decidirá por nosotros en cuanto a con quién debemos estar, el Espíritu no nos controlará para que hagamos caso, y es muy importante reconocer que debemos estudiar la decisión. Debemos hacer mucho de nuestra parte para que el Señor realmente vea que lo hemos intentado y que entonces Él pueda hablarnos a nuestra mente y corazón.

En el relato, la hermana sintió que su respuesta fue: Es una decisión que debes tomar sola. No debe malinterpretarse esto. Nuestro Padre y Jesucristo siempre estarán con nosotros, pero eso no nos quita nuestra responsabilidad de hacer todo cuanto podamos. Habrán momentos en los que tendrá que depender muchísimo de nosotros. Nefi preguntó a dónde podía ir para encontrar material para hacer las herramientas para luego construir el barco, no en dónde había un barco ya construido (1 Nefi 17:9). El hermano de Jared tuvo la iniciativa de pedirle al Señor que hiciera que las piedras se iluminaran para darles luz (Éter 3:1-4). Y aun nuestro Señor Jesucristo tuvo que hacer una parte tan difícil que imploró: ¿Por qué me has desamparado? (Mateo 27:46).

¿Queremos que el Padre decida por nosotros quién estará con nosotros por la Eternidad?
¿Queremos que el Espíritu Santo sea quien diga por nosotros "sí" o "no"?
¿Hemos pedido guía para encontrar material para hacer nuestra herramientas a fin de crear nuestra obra, o pedimos la obra ya hecha?

No, no estoy diciendo que tiene que ser aún más difícil de lo que ya es, de hecho es lo contrario. Una vez que reconozcamos cuánto depende de nosotros, será más fácil hacer nuestra parte y será más fácil recibir ayuda divina. No tendremos que llegar al punto de pensar que el Señor no responde, o que quizás no merecemos esa bendición. Tampoco llegaremos a pensar que entonces no sabemos tomar buenas decisiones, porque ahí es donde entra el Espíritu. Confiaremos más en el tiempo del Señor porque estaremos haciendo nuestra parte, con fe y ánimo, aspirando siempre a todo lo bueno. No debemos distraernos del ideal.

Reitero que el Señor sabe cómo responder a cada uno de nosotros, al mismo tiempo que pienso que esto es muy aplicable a nuestra vida, y lo puede ser en otro aspecto de las decisiones.

Y, no sé, tal vez compartir esto con alguien les ayude ;)  Bueno, eso me gustaría pensar...

No hay comentarios.:

Publicar un comentario